domingo, 28 de enero de 2007

 

AARDWEG, Gerard J.M. van den, Homosexualidad y esperanza


AARDWEG, Gerard J.M. van den
Homosexualidad y esperanza
(Terapia y curación en la experiencia de un psicólogo)
EUNSA
Pamplona, 1997
185 págs.















(en la contraportada)

¿Somos todos homosexuales? ¿El homosexual nace o se hace? Mientras la propaganda homosexual que se transmite desde los medios de comunicación insiste en que la homosexualidad es una condición normal y que el estilo de vida gay es algo hermoso, un psicólogo holandés con varios años de experiencia clínica en terapia de la homosexualidad enmascara la mentira y abre al mismo tiempo la puerta a la esperanza: la homosexualidad no tiene fundamento genético, escribe Gerard van den Aardweg, demostrando que radica en una problemática psíquica que puede ser curada con éxito.

Tal teoría es razón de esperanza para los homosexuales que quieren cambiar. Se trata de afrontar el problema, sabiendo reconocer que la inclinación está profundamente arraigada y que no basta decirles que deben cambiar; y teniendo presente la aparición del SIDA y la incomodidad de tantos homosexuales que no quieren seguir aceptando el estilo de vida de los militantes gays.
Se contempla la homosexualidad es un sentido más amplio y en un nuevo contexto: la esperanza de cambio a través de un tratamiento psicoterapéutico avalado por un alto porcentaje de éxito en los casos tratados.



Gerard J.M. van den Aardweg es doctor en Psicología por la Universidad de Amsterdam, ha impartido clases en la Universidad de Brasil y es actualmente catedrático de Psicología en el Instituto para el Matrimonio y la Familia “Medo”, en Holanda. Ha realizado ciclos de conferencias en Europa y USA y varias publicaciones científicas a este lado del Atlántico. Especializado en terapia de la homosexualidad, ejerce la psicoterapia en Aerdenhout (Holanda).





(extractos del prólogo de Paul C. Vitz). (pág. 11)

¿Por qué debe ser tan importante la esperanza? Después de todo, muchos homosexuales propugnan una total aceptación de su modo de vida como intrínsecamente válido. Pero también es evidente que un gran número de homosexuales están muy insatisfechos con su modo de vida. Cuando se percatan de su homosexualidad, la mayor parte se sienten horrorizados y deprimidos. El estilo de vida homosexual trae consigo grandes dosis de culpa, no culpa neurótica (aunque estoy seguro de que también hay algo de esto), sino auténtica culpa: por la promiscuidad sexual; a consecuencia de las constantes mentiras sobre las relaciones amorosas permanentes que se rompen en semanas, e incluso, a veces, en días u horas. Este sentimiento de culpa, unido a la esperanza frustrada de poder tener una vida heterosexual, pesa enormemente sobre muchos homosexuales. La esperanza que se ofrece aquí es la ayuda para aliviar tales conductas, ideas y emociones dolorosas en extremo.

(...) El Dr. van den Aardweg demuestra que la homosexualidad es una de las patologías a las que todos estamos expuestos. El origen radica en la forma en que somos educados y en diversas experiencias de nuestra vida. Como cualquier otra patología, podemos entenderla y curarnos de ella. Van den Aardweg extrae la homosexualidad de un sistema extremadamente irracional y la coloca en un contexto racional y realista.

La homosexualidad no es una condena permanente a un modo de vida que será siempre contrario a la forma de vida heterosexual y a la mayoría de las instituciones más notables de nuestra sociedad. Los homosexuales no están condenados a una forma de vida alienante, marginadora y muy restrictiva de la persona. Una vez que hemos comprendido la homosexualidad como un problema psicológico del que uno puede recuperarse, nuestra visión de la cuestión homosexual cambia en dos sentidos. Al homosexual se le da la esperanza para cambiar y, al mismo tiempo, hay una aceptación del homosexual como parte de la común sociedad humana y, al igual que el resto, sujeto a patologías. Esto es particularmente cierto cuando vemos la homosexualidad como una situación de la cual uno puede curarse y en este proceso, Dios mediante, llegar a ser una persona más fuerte para encarar con éxito el reto que tiene. Esto necesita ser subrayado. Por ejemplo: sé de un grupo de homosexuales de Nueva York llamado “Coraje”; sus miembros trabajan duramente para llevar una vida cristiana y en concreto una vida sexual casta. Su nombre es adecuado, ya que tal forma de vida exige mucho valor, mucho coraje. En el proceso de desarrollo de una respuesta cristiana a su homosexualidad, estos hombres se convierten en modelo de fortaleza y coraje para muchos otros, incluidos los heterosexuales. De hecho, muchos heterosexuales sufren también estilos de vida enfermizos –en concreto, varios tipos de conductas sexuales comunes entre los heterosexuales, que son ahora reconocidas por muchos psicólogos como dependencias adictivas: así, la promiscuidad sexual, la masturbación habitual y el fetichismo sexual. Los homosexuales que puedan trascender su situación sirven de modelos de fortaleza y esperanza para muchos otros.

En su tesis, van den Aardweg enfoca la experiencia de la autocompasión como núcleo de la psicología del homosexual. Es importante señalar que las consecuencias neuróticas de la autocompasión no se limitan a la homosexualidad en ningún caso. La autocompasión es una enfermedad que afecta a muchos tipos de personas. Una de las mayores contribuciones de van den Aardweg es la de describir la dinámica que origina la autocompasión y algunos de los procedimientos psicoterapéuticos que pueden reducirla. Así, su trabajo en este campo es también valioso para personas interesadas en cómo afecta la autocompasión a la vida de las personas heterosexuales.

(...). Finalmente, el punto de vista del doctor es especialmente significativo para la comunidad cristiana. No utiliza de modo explícito ningún concepto o teoría explícitamente cristiana en su interpretación de la homosexualidad o en su respuesta clínica. Sin embargo, este libro es una contribución profunda a la respuesta cristiana a la homosexualidad.

sábado, 27 de enero de 2007

 

ALBERO, Miguel, Principiantes


ALBERO, Miguel
Principiantes
Editorial Tusquets
2004
185 págs.








El también principiante Miguel Albero (nacido en Madrid y residente en Argentina) narra en este muestrario-novela el curioso proyecto de Fermín Maroto: catalogar a los diversos tipos de principiante que andan por el mundo. El narrador, compañero de asilo de Fermín, es el encargado de poner por escrito ese proyecto vital, que se fija en un puñado de fracasados que tuvieron sin embargo su momento de gloria al poner todos sus esfuerzos justo en los comienzos de algo.

Desfilan por estas simpáticas páginas seres desvalidos pero valientes: un matemático que se lanza a la maratón para comprobar la aporía de Aquiles y la tortuga, un espontáneo del toreo que no resiste el primer envite del animal, un piloto que se queda clavado en la parrilla de salida, un escritor oceánico que no logra encontrar el principio de sus obras... El jubilado Fermín los irá buscando uno a uno para fijar mejor su catalogación, mientras lucha con escaso éxito contra una caspa endémica... También Fermín se revelará como principiante, revelando al final una triste historia de amor abortada justo en sus inicios.

Pedro de Miguel



martes, 23 de enero de 2007

 

AKUNIN, Boris, Conspiración en Moscú


AKUNIN, Boris
Conspiración en Moscú
Editorial Salamandra
(2003)
376 págs.




Cuarta novela que se traduce al castellano de este escritor ruso, nacido en 1956, creador de Fandorin, un curioso e inquieto —y algo tartaja— detective del siglo XIX. En esta ocasión, la acción se desarrolla en la propia Rusia, cuando Fandorin vuelve de Japón para trabajar en misiones especiales al servicio de la policía. La muerte en curiosas circunstancias de un famoso general ruso parece archivarse por falta de pruebas, pero enseguida irán apareciendo nuevos datos que harán desvelar una alta conjura a nivel de Estado.

Como en el resto de sus novelas, Akunin mezcla sabiamente la intriga, el humor y la aventura, jugando con el lector a lo Ágatha Christie, explotando al máximo el método deductivo de Holmes e introduciendo elementos de la novela histórica. El resultado es algo más que una novela policiaca. La extrema violencia de algunos episodios se atempera con cierto aire de parodia que atraviesa todo el relato. Al final, la simpatía siempre vence al Mal, que —como en los relatos clásicos— tiene la cara muy seria.

Pedro de Miguel




lunes, 22 de enero de 2007

 

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jueves, 18 de enero de 2007

 

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miércoles, 17 de enero de 2007

 

Novedades literarias (Pedro de Miguel)


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